Durante los últimos años hemos visto como miles de personas se esfuerzan constantemente en realizar acciones que permitan el robo de tu cuenta de Facebook. Realmente, no es fácil que te roben los datos de acceso, pero si conocemos algunos trucos seguramente será más fácil conseguir el objetivo: quedarnos sin perfil en dicha red y permitir que otras personas suplanten nuestra identidad.
[adsenseyu1]
Estos consejos pueden ser aplicados a otras páginas o servicios, por lo que te recomendamos leer bien las siguientes líneas:
1 – Dejar la sesión guardada, mostrando el nombre de usuario y los asteriscos, para que cualquiera pueda averiguar tu contraseña y acceder tranquilamente desde cualquier lugar.
Es una de las formas más sencillas. Solo tenemos que entrar con nuestro usuario y contraseña y dejar que el navegador guarde los datos de acceso para que la próxima vez que entremos los datos sean recordados. Lamentablemente el uso herramientas para “recordar” nuestro acceso es extremadamente sencillo de vulnerar, y en consecuencia, averiguar lo que allí se oculta, de forma que si sales unos minutos de lugar dónde iniciaste sesión, cualquiera puede acercarse, averiguar la contraseña y acceder desde su casa con tus datos. Solo tienen que abrir el código fuente de la página (pulsando en inspeccionar, del botón derecho del ratón), buscar el campo type=”password” y cambiarlo manualmente por type=”text”, y con esto los asteriscos dejan de ser asteriscos.
2 – Instalar extensiones para visualizar “contenido especial” de Facebook.
Los navegadores web modernos ya tienen prácticamente todo lo necesario para ver fotos y vídeos en Internet. En algunas ocasiones se solicita la instalación de Java, necesario, por ejemplo, para acceder a algunos bancos en línea, pero nunca para ver contenido dentro de Facebook.
Si quieres que te roben tus datos en un tris, instala las extensiones que algunos mensajes solicitan (“instala esto para ver un vídeo en el que sales”, “instala esto otro para ver la foto de tu amigo siendo infiel”… ). Estos plugins a veces impiden el acceso a la configuración del navegador de Internet, por lo que no es fácil ni rápido borrarlos. Es una buena opción para que nuestros datos de acceso sean robados por desconocidos, ya que mucho de lo que escribimos o guardamos en el navegador puede ser enviado sin nuestro permiso.
3. Usar contraseñas simples y obvias. Miles de las contraseñas utilizadas en Internet tienen el formato “123456″, “password”, “abc123″, “102030″. En este enlace puedes consultar una lista de las contraseñas muy usadas en la web.
4 – Dejar que amigos, familiares y, sobre todo, tu pareja conozcan tu contraseña. Compartir con nuestros contactos más cercanos o nuestra pareja, es el equivalente a a gritar nuestra contraseña por todas partes, al final somos humanos, y en un momento de coraje o de cabeza caliente los conocidos pueden hacer cosas de las que se arrepientan después, y entrar en la cuenta de Facebook para “vengarse” es una de las más típicas.
5 – Se constante. Eso de que hay que cambiar la clave cada 6 meses como máximo es solo para los que no quieren ser robados. En nuestro caso es importante no cambiarla nunca para aumentar las posibilidades de una bonita y elegante invasión.
6 – Usa la misma combinación de usuario y contraseña en todas las aplicaciones web. Si hay un nuevo proyecto web que queremos probar, y creamos una cuenta, usa el mismo usuario y contraseña registraste en Facebook. De esa forma, si alguna vez es robada la base de datos de dicho proyecto, los ladrones tendrán la combinación que permitirá el acceso a tus servicios favoritos, como Facebook, Gmail, Yahoo!, Hotmail, etc. Cada vez que se oye una noticia del tipo “roban millones de contraseñas de xxxx.xx” es probable que alguna combinación de usuario/contraseña funcione en cualquier otro servicio web de acceso popular.